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El Cónclave es el evento más importante para la elección del nuevo Papa, y tradicionalmente, los cardenales se reúnen en la imponente Capilla Sixtina para llevar a cabo esta histórica votación.

Sin embargo, no todos los cardenales participan desde este emblemático lugar; algunos, por cuestiones de salud, ejercen su derecho al voto desde un espacio más cómodo y privado.

Esta excepción se realiza bajo estrictas normas establecidas por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, que regula cada detalle del proceso electoral del Sumo Pontífice.

Cónclave 2025: ¿cómo votan los cardenales enfermos?

Los cardenales que por enfermedad no pueden trasladarse a la Capilla Sixtinano pierden su derecho a participar en la elección del nuevo Papa.

Para garantizar su voto, se designa a tres cardenales conocidos como infirmarii, quienes tienen la responsabilidad de recoger las papeletas de los cardenales enfermos directamente en sus habitaciones. Este proceso se realiza de forma rigurosa y bajo un protocolo que garantiza la confidencialidad y validez del voto.

Antes de salir, los infirmarii reciben una caja especial completamente vacía y sellada en presencia de todos los cardenales, quienes certifican su transparencia. Luego, se les entrega un número adecuado de papeletas, que serán depositadas por los cardenales enfermos en la urna portátil.

Una vez completada la recolección, los infirmarii regresan a la Capilla Sixtina para entregar los votos, que son contados junto a los de los demás electores.

Un espacio más cómodo para una decisión trascendental

Lejos del esplendor del arte renacentista que envuelve a la Capilla Sixtina, estos cardenales emiten su voto desde un entorno más tranquilo y privado. Esta medida, además de ofrecer comodidad, permite que ningún cardenal elector quede excluido del proceso, asegurando la participación de todos aquellos que tengan la capacidad de emitir su decisión, independientemente de su estado de salud.

El procedimiento es meticulosamente vigilado para evitar irregularidades, y una vez que los votos son depositados en la urna, esta se sella y se traslada al altar principal, donde los escrutadores se encargan de contabilizarlos de manera pública y transparente.

El simbolismo de la Capilla Sixtina y los infirmarii

Aunque votar desde la habitación representa una excepción, la Capilla Sixtina sigue siendo el centro espiritual y simbólico del Cónclave. Sus muros decorados por Miguel Ángel han sido testigos de cada elección papal desde el siglo XV. Sin embargo, la figura de los infirmarii permite que incluso aquellos que no puedan estar presentes físicamente, sigan siendo parte de este histórico proceso.

Este privilegio de votar desde un espacio más cómodo no es un gesto de favoritismo, sino una muestra de inclusión y respeto por el derecho de cada cardenal elector.