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Panamá vuelve a posicionarse como el país con mayor crecimiento económico de Centroamérica, según el último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Las proyecciones para 2025 indican que el país istmeño alcanzará un incremento del 4,1% en su Producto Interno Bruto (PIB), superando ampliamente al resto de sus vecinos y al promedio regional de América Latina, que se ubica en 2,4%.

El organismo dependiente de la ONU destacó que Panamá se mantiene entre las economías más dinámicas de toda la región, solo detrás de Venezuela (6%), Paraguay (4,5%) y Argentina (4,3%). En Centroamérica, le siguen Costa Rica (3,8%), Guatemala (3,7%), Honduras (3,7%), Nicaragua (3,1%) y El Salvador (2,7%).

Panamá: la economía más fuerte de Centroamérica

El Canal de Panamá sigue siendo el gran protagonista del éxito económico del país. Solo en el último año, sus ingresos aumentaron más de un 14%, alcanzando los 5.705 millones de dólares, lo que impulsó de forma directa al sector logístico y de transporte, que ya representa cerca del 30% del PIB nacional.

A este desempeño se suma el auge de la intermediación financiera, con un notable incremento en los depósitos y créditos internos, consolidando a Panamá como el principal centro financiero de Latinoamérica. Según datos oficiales, las exportaciones de servicios alcanzaron 9.762 millones de balboas, con un crecimiento del 8,3% interanual.

El turismo también vive una recuperación sostenida: entre enero y mayo de 2025, el país generó más de 3.300 millones de dólares en ingresos por servicios de viaje, impulsado por un aumento del 4% en la llegada de visitantes internacionales.

Por otra parte, las remesas familiares registraron un crecimiento del 15% en el primer trimestre de 2025, principalmente desde Estados Unidos, Reino Unido, Venezuela, Colombia y Costa Rica, lo que refuerza la circulación de divisas y el consumo interno.

Una década de crecimiento económico

El liderazgo panameño no es circunstancial. En los últimos diez años, la economía del país ha crecido a una tasa promedio del 5,7% anual, y logró recuperarse con rapidez incluso después del impacto de la pandemia. En 2021 su PIB aumentó un 15,8%, seguido por un 10,8% en 2022 y un 7,4% en 2023, cifras que evidencian su fortaleza estructural.

El presidente José Raúl Mulino ratificó la continuidad de la política de expansión económica, con un plan de inversión pública superior a los 11.000 millones de dólares, que incluye proyectos de infraestructura energética, portuaria y vial, con la expectativa de crear más de 40.000 empleos.

Cuáles son los desafíos y proyecciones de la región para 2026

Pese a este buen panorama, la CEPAL advirtió que América Latina enfrenta una “trampa de bajo crecimiento”, caracterizada por baja inversión, poca productividad y empleo informal. Para 2026, el organismo prevé que Centroamérica registre un avance promedio del 3,2%, con Panamá nuevamente al frente (4,6%), seguida de Guatemala (4%) y Honduras (3,8%).

El informe sugiere que la región necesita una transformación productiva más acelerada, capaz de diversificar las economías, impulsar la innovación y generar empleo de calidad.

Un mapa marcado por la desigual en Centroamérica

Mientras Panamá avanza con fuerza, el resto de los países de Centroamérica enfrenta realidades dispares. Costa Rica mantiene un crecimiento sólido gracias al consumo interno y al desarrollo tecnológico, mientras que Guatemala se apoya en el dinamismo del sector servicios y las remesas. Honduras, en tanto, capitaliza la expansión del sector cafetalero, con inflación controlada y reservas internacionales récord.

Sin embargo, la CEPAL advierte que la subregión sigue siendo altamente dependiente de la economía de Estados Unidos, tanto en comercio como en flujos migratorios y financieros, lo que la deja vulnerable ante cualquier cambio en la política económica norteamericana.