

El 30 de agosto de 1857 se inauguró la primera línea ferroviaria en la Argentina. Construida por un conjunto de empresarios, la línea se extendía, desde el centro de la ciudad de Buenos Aires hacia los suburbios, a lo largo de 10 km.
En 1870 ya había 722 km de vías. El ferrocarril del Oeste fue el primero en entrar en funcionamiento en Buenos Aires. Además se crearon otros que recorrieron distintos puntos del país, como el Ferrocarril del Sud (construido con capital inglés) y el Central.
Una verdadera “fiebre ferroviaria se preparaba a comienzos de la década de 1870. Entre 1870 y 1914 se construyó la mayor parte de la red ferroviaria argentina con capital inglés, francés y argentino. Esta red llegó a ocupar el décimo puesto en el mundo, con cerca de 47.000 kilómetros hacia fines de la Segunda Guerra Mundial. El ferrocarril fue palanca del desarrollo y poblamiento del territorio de la Argentina.
En 1946 comienza el proceso de nacionalización del sistema ferroviario argentino. Las diversas partes del sistema, unas 15 empresas ferroviarias por ese entonces, fueron reagrupadas en 6 líneas, cada una de las cuales proveía servicios de carga, de pasajeros interurbanos y de pasajeros de la Región Metropolitana de Buenos Aires (líneas Mitre, Roca, San Martín, Urquiza, Sarmiento y Belgrano).
En 1958 comienza un periodo que puede llamarse de “regresión . En efecto, políticas a favor del desarrollo de la red caminera (transporte por carretera) desarrollaron planes de clausura y levantamiento de vías; así, en 1980, la red ferroviaria era de 34.113 km, mientras que en 1976 contaba con 41.463 kilómetros.
En 1965, se crea la Empresa Ferrocarriles del Estado Argentino (convertido luego en Ferrocarriles Argentinos FA-) como consolidación de las líneas mencionadas. En Ferrocarriles Argentinos, como herencia de las sucesivas iniciativas de construcción encaradas a través del tiempo, convivían tres trochas diferentes con una fuerte configuración radial hacia Buenos Aires que reducía sus posibilidades de integración.
A fines de la década de los 80, y tras sucesivos cambios en la orientación empresaria, la situación de Ferrocarriles Argentinos era más difícil aún. Con una participación menor al 15% en los servicios de pasajeros de la Región Metropolitana de Buenos Aires y de sólo el 8% en el mercado del transporte de cargas y en el de pasajeros de larga distancia, la balanza era cada vez más deficitaria.
Hacia 1990, 25 años después de la consolidación empresaria de la red ferroviaria argentina, el sistema parecía exhausto: el tráfico de cargas había caído a alrededor de la mitad, el de pasajeros de la Región Metropolitana en poco más de una tercera parte y el de pasajeros interurbanos en alrededor del 26%.
La privatización del sistema ferroviario argentino
Un conjunto de razones, entre las que predominaron las de tipo macroeconómico determinaron que en 1989 el Gobierno decidiera encarar un proceso “masivo de privatizaciones en el que, entre otras empresas públicas se incluyó a la empresa ferroviaria nacional, Ferrocarriles Argentinos.
El proceso de concesionamiento del sistema ferroviario al sector privado se inició con las líneas de cargas en las que se identificaron seis subsistemas a ser concesionadas por 30 años mediante licitación pública internacional bajo el concepto de concesión integral. Esto es, el concesionario debía tomar a su cargo el conjunto de las actividades ferroviarios: comercialización, operación, mantenimiento y también, la rehabilitación del material rodante y la infraestructura.
Renegociación de los Contratos de Concesión
Para 1997, el proceso licitatorio de las redes ferroviarias de cargas y de pasajeros metropolitanos de Buenos Aires había finalizado con éxito, y los concesionarios ya contaban con varios años de experiencia. A mitad de ese año, el Estado Nacional decide encarar un proceso de renegociación de los Contratos de Concesión.
Actualidad
El gobierno de Néstor Kirchner asumió en mayo de 2003, y entre sus objetivos se propuso revisar todos los contratos de concesión de servicios públicos.
Respecto al tema ferroviario, a la fecha la administración Kirchner le retiró la concesión de la línea San Martín a la empresa Metropolitano.
Según las autoridades gubernamentales, la rescisión del contrato se funda en distintos incumplimientos, como la escasa cantidad de material rodante operativo (20%) y diversos inconvenientes que sufren sus usuarios en forma permanente.










