La brasileña Petrobras está a punto de concretar uno de sus mayores anhelos comerciales en los últimos tiempos: ampliar su presencia en el negocio de estaciones de servicio en la región mediante la compra de los activos de Esso –de la norteamericana Exxon Mobil– en Chile.

De acuerdo con conocedores de las negociaciones, la operación se cerraría este jueves en Londres (ambas empresas tienen oficinas en esa ciudad), con posterioridad al cierre de los mercados. En horas del mediodía brasileño, en tanto, se comunicaría en Río, sede central de Petrobras.

Ante la consulta de este medio, Tomás Hess, vocero de Esso, no confirmó ni desmintió la información. “Es política de la compañía no hacer comentarios sobre rumores o especulaciones , se excusó el director de Asuntos Externos de la firma.

Esso tiene en Chile una red de 240 estaciones de servicio. Hace aproximadamente dos semanas, el director del rea Internacional de Petrobras, Jorge Zelada, confirmó al diario O Globo que la empresa había presentado una oferta directamente a Exxon Mobil por los activos del otro lado de la Cordillera de los Andes.

Aunque el ejecutivo no informó acerca del monto de la oferta, trascendió que Petrobras está dispuesta a desembolsar más de u$s 500 millones para quedarse con la porción en juego.

La brasileña es una de las principales interesadas en quedarse con los activos de la firma del tigre desde que se conoció el plan de Esso de emprender la retirada de la región, en septiembre del año pasado. Pero su intención tropezó con diversos problemas desde aquel momento. En Brasil, por caso, su oferta fue superada por la del Grupo Cosán, con fuerte presencia en el sector de biocombustibles en ese país, que se quedó con la red de distribución y comercialización de combustibles y lubricantes en el mayor mercado de Latinoamérica, por u$s 826 millones y más de u$s 160 millones en deudas.

La brasileña también chocó con los planes de compra en la Argentina. Según allegados a la negociación, Petrobras estaba dispuesta a hacer una oferta ganadora para quedarse con el paquete de Esso en el país, compuesto por una refinería en Campana, 90 estaciones de servicio propias y una red de 500 bocas de expendio con su bandera pero en manos de terceros. Pero chocó con la fuerte negativa del gobierno de Cristina Fernández, reacio a permitir el ingreso de una firma de capitales verdeamarelos en una compañía que abastece cerca de un 12% de la demanda local de naftas y gasoil.

Conocedores de la agenda del presidente brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva aseguran que ayer le planteó a la primera mandataria la necesidad de rever el veto –nunca reconocido en voz alta– que la administración kirchnerista le impuso a la operación.

Algunos de los principales nombres del mundo local de los negocios también estaban interesados en la petrolera. Entre los interesados estaba un grupo liderado por Marcelo Mindlin (participa en Edenor, Transener y usinas), con la compañía de Carlos Miguens Bemberg, ex dueño de la cervecería Quilmes y creador de Sadesa; el banquero Eduardo Escassany, ex presidente del Banco Galicia y principal accionista de la entidad; el ex ejecutivo de Merrill Lynch, Guillermo Reca y los Ruete Aguirre, dueños de distribuidoras eléctricas.

Allegados a la negociación aseguran que las ofertas de los empresarios locales no convencieron a la norteamericana, que decidió suspender el proceso de venta en el país en marzo.