La frontera entre el Sur y el Norte que traza desde hace años la Avenida Rivadavia en el mercado inmobiliario de la Capital Federal comienza lentamente a desdibujarse. Los desarrolladores de real estate que no están dispuestos a pagar cifras astronómicas por terrenos en Puerto Madero, Recoleta o la Avenida Libertador, redescubrieron una zona con alto potencial para hacer negocios, donde abundan los edificios antiguos de alta calidad arquitectónica.

Se trata del área comprendida entre las Avenidas Montes de Oca, Regimiento de Patricios, Martín García y Almirante Brown, con el epicentro en el Parque Lezama. Según explican, pretenden que el corredor sur o Barracas Dulce –como aspiran bautizarlo por tratarse de una barrio donde se emplazaban las sedes de empresas de galletitas o chocolates– se convierta en una zona vanguardista, con espacios de diseño y gastronomía, lofts y casas viejas recicladas al mejor estilo Palermo Viejo.

Según explican los desarrolladores, el área presenta condiciones interesantes para el desarrollo de nueva oferta orientada a segmentos altos de la población, que valoran el estilo de vida urbano, por varios motivos: la proximidad al centro y a Puerto Madero y la infraestructura y el valor arquitectónico de los inmuebles, varios de ellos construidos a comienzos de 1900.

Faena, con las ganas

Con esa certeza, en los últimos meses, varios de esos inmuebles emblemáticos cambiaron de manos. Bernardo Fernández –el desarrollador del complejo de oficinas Central Park, ubicado al costado de la Autopista 9 de Julio en Barracas– se quedó a fin del año pasado con la ex planta de Canale, un palacio histórico ubicado sobre la Avenida Martín García y Patricios, frente al Parque Lezama. Así, le ganó la pulseada al empresario Alan Faena que pugnó por el inmueble.

La idea es reciclarlo para oficinas y encarar un emprendimiento comercial con gastronomía y entretenimientos.

Hace apenas 30 días, la firma Banesa, liderada por Pablo Reynal, compró un edificio antiguo de 14.000 metros cuadrados (m2) y tres plantas, emplazado en una manzana triangular comprendida entre las calles Salmón Feijoo, Lanin e Icalma. “En los últimos diez años funcionó el archivo del Banco Río, pero anteriormente había sido la sede la textil Piccaluga , explica Reynal. La firma ya comenzó a reciclar el inmueble, con una inversión de 2,5 millones de dólares, para construir lofts y viviendas que apuntarán al segmento socioeconómico ABC1. “La idea es comercializarlo a u$s 500 el m2, con la infraestructura básica para que la gente los acondicione a su gusto , agrega el directivo. Para hacer el proyecto más atractivo, Reynal logró que en noviembre próximo se haga allí la muestra de decoración de Casa FOA.

No es todo. Unibon, la desarrolladora que dirige Gastón Trajtemberg, compró hace dos años la ex planta de Bagley. Es un edificio de 50.000 m2, ubicado sobre Montes de Oca y Finochieto, que será ahora reciclado en 250 departamentos de lujo, con todos los servicios, incluido piscina climatizada. Cada unidad se comercializará en u$s 1.200 el m2.

“Pero también tendrá locales y un centro cultural. La idea es hacer un proyecto abierto al barrio, y destinado a la gente que valora la zona sur y hoy no tiene opciones tentadoras porque no puede acceder a Puerto Madero , concluye Trajtemberg.