

Todo comenzó el 28 de octubre de 2011 con la comunicación A 5239, del BCRA, que creó el Programa de Consulta de Operaciones Cambiarias, mediante el cual la AFIP valida o no las solicitudes de compra de divisas, que implementó mediante la resoluciones 3210 y 3212 a partir del 31 de octubre.
Siguió con la comunicación 5294, de marzo de 2011, que impidió el retiro de dólares de cuentas en pesos desde cajeros del exterior. Y en julio, la comunicación 5318 formalizó la prohibición de comprar dólares para atesoramiento.
Una serie de normas trató de desalentar la compra de divisas para turismo. Quedaban los pagos con tarjetas de crédito, hasta que la resolución 3378 de AFIP los cargó un 15% a cuenta del impuesto a las ganancias y bienes personales.
Las medidas de los organismos se complementaron con las presiones, no escritas, del por entonces secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, a las casas de cambio para reducir la brecha cambiaria, a los importadores para estirar los pagos y a los exportadores para apurar las liquidaciones de divisas.
La normativa formal obliga a los importadores a llenar una declaración jurada anticipada de importación para lograr la autorización de las operaciones. Generó marchas y contramarchas para recortar los plazos de liquidación de las divisas por exportaciones. Obliga a las compañías a contar con el visto bueno del BCRA para poder girar dólares al exterior por cualquier concepto. Prohibe girar dividendos. Hizo repatriar los activos externos a las aseguradoras y valuar los de los fondos comunes de inversión al tipo de cambio oficial.
El cepo afectó las importaciones, complicó las operaciones de compra de propiedades y generó despidos y pérdidas importantes en sectores como el automotriz. También complicó los viajes de los argentinos al exterior.
También se suspendieron recitales, entre ellos el del ex Beatle Paul McCartney, quien tenía prácticamente todo cerrado con una productora argentina para presentarse en la segunda semana de noviembre en el estadio de River, pero la compleja política cambiaria local provocó que todo volviera a quedar en la nada, luego de que en los últimos dos años también se diera marcha atrás con los conciertos del ex Beatle.
Ante las presiones de una olla a presión a punto de estallar, a fines de enero pasado el Gobierno tuvo que salir a flexibilizar el cepo. Entonces, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el administrador federal de Ingresos Públicos (AFIP), Ricardo Echegaray anunciaron el permiso para la compra de dólares para ahorro.
Capitanich expuso que a la divisa para tenencia podrán acceder los trabajadores registrados, en relación de dependencia, autónomos o monotributistas, inscriptos en la AFIP, en función del ingreso.
Por entonces se requería percibir el equivalente a dos salarios mínimos vital y móvil, que es de $ 7.200, suma que luego se elevó a $ 8800.
Las operaciones para atesoramiento estarán alcanzadas por el adelanto de 20% de retención de Ganancias. Y no podrá hacerse con pesos en efectivo.
En el último mes, fueron varias las versiones que aseguraban que el Gobierno le pondría fin al dólar ahorro por el drenaje de reservas. Es que en octubre, la compra para atesoramiento alcazó un record de u$s387,2 millones. Sin embargo, esto fue desmetido por el Gobierno. Al menos por ahora.













