

Algunos hábitos cotidianos, aunque parezcan inofensivos, pueden tener efectos inesperados sobre la salud. Acciones tan comunes como ducharse tras una comida abundante suelen pasarse por alto sin reparar en las posibles consecuencias fisiológicas.
Sin embargo, recientes declaraciones de la médica Sara Marín Berbell han arrojado luz sobre esta práctica habitual y han despertado un debate en redes sociales.
Ducha después de comer: lo que advierte la médica Sara Marín Berbell
La doctora Sara Marín Berbell, médica especializada en salud digestiva, ha explicado en un vídeo difundido a través de su perfil en Instagram por qué considera que ducharse inmediatamente después de comer puede resultar perjudicial para la salud. Según detalla, tras ingerir alimentos, el organismo desvía una parte considerable del flujo sanguíneo hacia el sistema digestivo. Este proceso es crucial, ya que se requiere una buena irrigación para que el estómago y los intestinos puedan llevar a cabo la digestión de manera eficiente.

El conflicto aparece cuando se toma una ducha -especialmente si es con agua caliente- poco después de la comida. En este caso, el cuerpo desvía parte de esa sangre hacia la piel, con el objetivo de regular la temperatura corporal. "Le quitas la prioridad al estómago", afirma con claridad la doctora Marín Berbell. Esta redistribución del flujo sanguíneo puede ralentizar la digestión y provocar síntomas como acidez, pesadez estomacal, e incluso mareos, algo muy malo para la salud.
Qué ocurre en el estómago tras una ducha inmediata
El sistema digestivo, en especial el estómago, requiere de condiciones óptimas para trabajar con normalidad. Según explica la especialista, interrumpir el flujo constante de sangre hacia esa zona tras una comida copiosa puede suponer un esfuerzo adicional para el organismo. El resultado, en algunos casos, es una digestión incompleta o molesta. Este fenómeno se asemeja, como apunta la doctora, a lo que las generaciones anteriores describían como un "corte de digestión", una expresión popular con cierta base fisiológica.

Marín Berbell aconseja esperar entre 30 y 60 minutos después de comer antes de ducharse, especialmente durante los meses de calor, cuando esta práctica se vuelve más frecuente. Esta pausa permite que el cuerpo lleve a cabo la digestión sin interferencias externas y reduce el riesgo de sufrir molestias gastrointestinales.
Aunque las indicaciones son útiles como orientación general, la doctora recuerda la importancia de personalizar los hábitos de salud. No todos los organismos reaccionan igual, por lo que consultar con un profesional médico sigue siendo el paso más recomendable antes de adoptar o modificar rutinas diarias.












