

Un hallazgo en Cataluña ha sacado a la luz el fósil de un ave boreal, el Pinicola enucleator o camachuelo picogrueso, en las montañas de Prades (Tarragona). El descubrimiento fue realizado por un equipo del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA) y aporta datos sobre cómo vivían las aves y otras especies hace más de 30.000 años.
La investigación, publicada en la revista Geobios, vincula este registro fósil del ave con el Evento Heinrich 3, un episodio climático extremo que provocó un descenso brusco de las temperaturas en Europa. El fósil, correspondiente a un ave que vive en zonas árticas.
Un hallazgo fósil que reconstruye el pasado climático de Tarragona
La identificación del fósil del camachuelo picogrueso (Pinicola enucleator) en Mont-ral, en la provincia de Tarragona, ofrece una evidencia concreta del impacto del clima extremo sobre la distribución de las especies en la península Ibérica durante el Pleistoceno.

Este hallazgo, liderado por el equipo científico del IPHES-CERCA, demuestra que hace más de 30.000 años existían en esta región especies típicas de zonas árticas, lo que refuerza la hipótesis de un entorno natural muy distinto al actual.
El fósil fue recuperado durante excavaciones en la Cova del Cudó, un yacimiento clave para el estudio del Cuaternario en Cataluña. Según el estudio, este registro coincide con el llamado Evento Heinrich 3, un periodo de enfriamiento abrupto que permitió la expansión de especies boreales hacia el sur de Europa.
El entorno en aquel momento habría sido una mezcla de bosques abiertos y tundra, condiciones que explican la presencia del camachuelo en latitudes tan alejadas de su hábitat actual. Este tipo de aves ya se habrían extinguido en la región poco después, debido a las transformaciones climáticas posteriores.
Fósiles de aves y nuevas tecnologías para estudiar el pasado
El avance en las técnicas de análisis de fósiles de aves ha sido clave para poder identificar con precisión restos tan fragmentados como los hallados en la Cova del Cudó.
Gracias al uso de métodos microscópicos y comparativos, el equipo del IPHES-CERCA pudo confirmar que se trataba de un Pinicola enucleator, una especie difícil de detectar por su tamaño y fragilidad ósea.

Este tipo de investigaciones se apoya en colecciones de referencia y análisis morfológicos digitales, que permiten vincular fragmentos fósiles con especies actuales.
En España, el desarrollo de estas metodologías paleontológicas ha permitido avances notables en el conocimiento de la fauna prehistórica y del impacto que tuvieron los cambios climáticos pasados sobre su distribución.












