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Nueva York se convirtió en la primera ciudad de Estados Unidos en aplicar una medida inédita en materia de salud pública: los restaurantes deberán informar a sus clientes cuando los alimentos o bebidas que ofrezcan contengan altos niveles de azúcares añadidos.

Según comunicó el Departamento de Salud de la Ciudad de Nueva York, esta nueva regulación busca concientizar a los consumidores sobre los riesgos de una alimentación rica en azúcares, un hábito que puede derivar en enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, caries o aumento de peso.

Los restaurantes deberán realizar una nueva advertencia a los consumidores

La normativa establece que todos los menús deberán incluir un ícono visible junto a los alimentos o bebidas que contengan 50 gramos o más de azúcar añadida, el límite máximo recomendado por los especialistas para una dieta diaria de 2.000 calorías.

Los restaurantes deberán informar a sus clientes cuando los alimentos o bebidas que ofrezcan contengan altos niveles de azúcares añadidos. Imagen: archivo.
Los restaurantes deberán informar a sus clientes cuando los alimentos o bebidas que ofrezcan contengan altos niveles de azúcares añadidos. Imagen: archivo.

La medida también abarca los productos preenvasados y sus versiones sin envasar, que deberán identificarse claramente para que los consumidores puedan tomar decisiones informadas al momento de pedir.

De esta forma, Nueva York se convierte en pionera en exigir este tipo de advertencias, que buscan replicar el modelo de los etiquetados frontales aplicados en otros países, como México o Chile.

Qué dicen los expertos sobre el consumo de azúcares añadidos

De acuerdo con las Guías Alimentarias para los Estadounidenses 2020-2025, las personas mayores de dos años deberían limitar su consumo de azúcar añadido a menos del 10% del total de calorías diarias. En tanto, los especialistas recomiendan evitar completamente el azúcar añadido en niños menores de dos años.

Los expertos advierten que el exceso de azúcar no sólo está relacionado con la obesidad y la diabetes, sino también con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y deterioro dental.