Qué es el Brexit y por qué tiene en vilo al mundo

¿Cómo llegó Reino Unido a preguntarle a sus ciudadanos si están a favor o en contra de la continuidad en Europa?
Los sectores más conservadores han reivindicado durante años la necesidad de abandonar la comunidad de países europeos. Los argumentos son fáciles de imaginar: las trabas que supuestamente le impone el mercado común al crecimiento económico nacional, el impacto de las olas inmigratorias en el mercado laboral y la reivindicación de una mayor independencia del país.
No es la primera vez que Reino Unido acude a las urnas para responder a esta pregunta. En 1975, los laboristas habían impulsado la misma consulta: ¿querían los británicos permanecer en la Comunidad Económica Europea? En ese momento un 67% votó por el sí.
Las alertas están prendidas. Tanto desde los sectores financieros como los referentes de la política mundial advirtieron sobre las consecuencias negativas que podría tener para la economía inglesa si decide abandonar la comunidad europea.
George Soros pronosticó una caída del valor de la libra esterlina del 15% si triunfa el sí, y Janet Yellen, presidenta de la FED, vaticinó que se abrirá un periodo de incertidumbre para la economía de EE.UU. e Inglaterra. Más allá de los resultados económicos, lo que sí será difícil esquivar es la tensión con la que se producirán las negociaciones, justo cuando los miembros menos favorecidos por la política económica impulsada por el BCE, como Grecia, siguen pagando los altos costos de cerrar con la troika los acuerdos para la asistencia financiera.
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