LAS EMPRESAS ADQUIEREN SUS PROPIOS PAPELES EN EL MERCADO

Preocupa a los analistasel auge en la recompra de acciones en Wall Street

En momentos en que grandes participantes son todos vendedores netos de papeles, las empresas siguen comprando. Podrían estar postergando el fin del actual rally alcista

Algo está podrido en Dinamarca, sostiene Marcelo, el centinela de Hamlet, en la célebre tragedia de Shakespeare. Pero si hoy Marcelo fuera guardia de seguridad en Wall Street, probablemente pensaría lo mismo de los mercados financieros. Porque comienza a preocupar a los analistas que los mayores compradores de acciones sean las mismas empresas cotizantes, por delante de los inversores particulares. Y justo en momentos en que los demás pesos pesados del mercado (los hedge funds, los inversores institucionales y los mismos operadores bursátiles) sean todos vendedores netos de papeles.
De acuerdo con un estudio publicado recientemente por Jeffrey Kleintop, jefe de estrategias de mercado del agente de bolsa LPL Financial, las compañías cotizantes se han convertido en los principales compradores, cuando la tendencia vendedora es muy fuerte entre los otros sectores de inversores que tradicionalmente dan liquidez a los mercados. Los datos utilizados por Kleintop provienen de la Reserva Federal, el Departamento del Tesoro y el Investment Company Institute (la asociación que nuclea a las compañías de inversión de EEUU).
Llama poderosamente la atención de los analistas el sesgo que en estos momentos tiene el perfil de los compradores y vendedores, cuando en general no está tan bien definido. Y también que los hedge funds estén tan vendidos en acciones, cuando generalmente son de los actores mejor informados en materia financiera. De acuerdo con el informe, desde hace varios meses estos fondos han estado deshaciendo, en silencio y sin parar, muchas de sus posiciones en renta variable.
Las ventas netas que se registran entre los hedge funds, los operadores bursátiles y los principales inversores institucionales (como fondos de pensión y compañías de seguros) han explicado en parte que los índices bursátiles (Dow Jones, S&P 500 y Nasdaq) hayan tenido problemas para mantener, durante algunos momentos de este año, el fenomenal rally alcista que viven las bolsas estadounidenses desde principios de 2009 (el Dow Jones creció un fabuloso 140% entre febrero de 2009 y julio de 2014).
Desde que en junio de 2013 la Fed diera los primeros indicios de que empezaba el fin de su política monetaria ultra expansiva, los analistas, operadores e inversores buscan desesperadamente detectar las señales que marquen el fin del rally alcista y el cambio de tendencia, para aprovechar hasta el último minuto la suba del precio de las acciones. Por eso actualmente se sigue y se comenta con enorme interés el informe, porque la recompra de acciones podría estar ocultando (y postergando) el inicio de este proceso bajista.
La mayor parte de estas compras proviene de las mismas compañías. No parece demasiado saludable pero no quedan dudas de que ésta es la situación actual, afirmó Kleintop. Varios analistas estiman que el año 2014 puede terminar convirtiéndose en el tercero, desde el punto de vista histórico, en cantidad de recompras de acciones. El periodo más elevado ocurrió en 2007, seguido por 2013, durante el cual las empresas gastaron u$s598.000 millones para comprar sus propios papeles. El primer trimestre de 2014 no se quedó atrás, con compras por u$s188.000 millones, registro trimestral más alto desde 2007.
Para los analistas, existen varios motivos que explican la fiebre compradora de las compañías cotizantes. Si bien algunos sostienen que estas empresas no ven hoy alternativas más eficientes de inversión que la recompra de acciones, para Kleintop la explicación habría que buscarla más por el lado de los beneficios que reciben los ejecutivos de estas compañías.
Al sostener la demanda a través de la recompra, el precio de las acciones no cae, lo que podría estar manteniendo dicho valor de manera artificial. ¿Cuál es el beneficio para un ejecutivo? En primer lugar, si el valor de las acciones no cae, los accionistas estarán contentos y no cuestionarán al management de la compañía. Además, los bonus anuales de estos ejecutivos se mantendrán en niveles altos, ya que una de las medidas más empleadas para evaluar la gestión de un directorio es el precio por acción, así como el ratio de ganancias por acción. Al proceder a la recompra, se reduce la cantidad de papeles en circulación, por lo que a pesar de que las ganancias de la compañía no crezcan, el ratio sí lo hace y eso repercute en el humor de los accionistas y de los analistas.
El informe calculó que, en el primer trimestre, la mitad del incremento en las ganancias por acción de las compañías del índice S&P 500 se explicó por la caída en la cantidad de acciones circulantes. Si una empresa está comprando acciones para alcanzar sus objetivos de ganancias por acción, no está realizando una asignación de capital eficiente y eso está ocurriendo frecuentemente. Hay un gran número de recompras en curso que no agregan valor a los accionistas, sostuvo Kleintop.
Sin embargo, hay analistas que sí defienden la recompra de acciones, cuando ésta conviene más que una distribución de utilidades, como mecanismo para devolver valor a los accionistas. En EEUU, los inversores tienen que pagar impuestos sobre las utilidades y no sobre las recompras, por lo menos mientras no vendan las acciones en su poder.
Pero la situación actual dista de ser parecida a la descripta y, en cambio, llama la atención que tantos grandes inversores ya hayan a empezar a ver el vaso medio vacío. De ahí que muchos consideren a la recompra de acciones como un árbol que está impidiendo ver el bosque bajista y por eso les preocupa el ruido que se genera con esta operativa.

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