

Primero expropió Aerolíneas Argentinas y volvió al mercado aerocomercial. Luego fue el turno de YPF para regresar a la explotación de hidrocarburos. Hace unas semanas se anunció un plan destinado a controlar la rentabilidad de las empresas energéticas. Y ayer le tocó el turno a las telecomunicaciones, donde el Gobierno también decidió desembarcar para ofrecer servicios de telefonía celular.
Lo hará a través de ArSat, la empresa de soluciones satelitales que la administración K tiene como nave insignia de su avanzada en el mundo de las telecomunicaciones con el objetivo de convertirse en un referente y de competir con las operadoras privadas, además de regular los precios del mercado.
La empresa será, por decreto, la cuarta operadora móvil junto a Claro, Movistar y Personal, mientras que Nextel continuará sin poder ingresar a este mercado y se mantendrá como proveedora de servicios de trunking.
Ayer, el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, anunció el desembarco del Estado operando tres bandas de telefonía que Movistar debió devolver para lograr aval a la compra de Movicom en 2004 y fusionarla con Unifón.
En conferencia de prensa, y junto al secretario de Comunicaciones, Lisandro Salas, De Vido, informó que se dejó sin efecto la licitación de frecuencias 3G que el propio Gobierno había convocado para habilitar el ingreso de un nuevo player.
Con las ganas se quedaron Personal, Claro, Nextel, la vietnamita Viettel, una filial del grupo Roggio y Superfone, la firma de TV por cable Supercanal.
Todas fueron excluidas por la resolución 71/12 de la Secom que anuló el llamado argumentando que sólo Claro cumplía con los requisitos del pliego mientras que el resto no aseguraba la condición financiera y patrimonial que garantizara las inversiones previstas. Y según De Vido, no era posible designar ganadora a Claro porque hubiera sido un proceso de concentración que finalmente terminaría en una situación de monopolio. El ministro recordó la famosa integración monopólica de Telefónica y Telecom, sobre la que dijo estamos en análisis administrativo para ver cómo se resuelve ya que los argentinos estamos hartos de los monopolios.
Lo que De Vido no mencionó fue que el mismo Gobierno negó el año pasado que el ingreso de Telefónica en Telecom significara monopolio. Consultadas por El Cronista, ninguna empresa involucrada quiso opinar.
De esta forma, el Estado suma la telefonía celular a los servicios que ya ofrece de televisión digital a través del sistema TDA que ya emite 28 señales. Además, sigue desarrollando una red de fibra óptica que le permitirá a ArSat también competir en el llamado Triple Play (TV por cable, telefonía e Internet).
A partir de ahora, ArSat controlará un 25% del mercado celular aunque todavía no se sabe de qué manera comenzará a ofrecer sus servicios. El ministro De Vido no aclaró ayer estos puntos. Sólo dijo que buscará asociar ArSat con grandes prestadores, cooperativas y pymes del interior.
De todos modos, el ministro emitió una clara señal de cuál será el rol de ArSat como reguladora del mercado y de los precios al sostener que la presencia de una compañía estatal con un promedio de 20% de cobertura, va a tener un impacto en la estructura de costos muy importante.










